historia del restaurant

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Don Patricio Olivares y la señora Elvira eran jóvenes de poco más de 20 años, que recién casados soñaban con tener un negocio propio, fue así que con mucho esfuerzo y visión de futuro se decidieron a invertir en una parcela en El Canelo donde los lugareños le decían “El Alto”. En ese tiempo era un pueblo alejado y de difícil acceso, pero eso no fue un impedimento.

Con el tiempo, pudieron montar su pequeña bodega de vinos y licores artesanales. Donde comenzaron a vender sus productos a un costado de la carretera, sus fieles clientes no tardaron en incentivarlos a crecer y ellos comenzaron a vender empanadas, cazuelas y sin saber cómo, ya tenían un pequeño restaurant.

Luego llego el caluroso verano y nuevamente con mucho esfuerzo y perseverancia construyeron las piscinas que han servido para ver crecer a varias familias en un entorno natural y de tranquilidad.

El producto del arduo trabajo se vio reflejado en logros importantes. Hoy cuentan con campos de viñas en la Zona del Maule (San Javier), donde se produce el vino icono Matilde Agustina.

Al día de hoy somos una familia que trabaja unida bajo un mismo camino, en la cual se han integrados hijos, nueras y nietos, en este sueño que comenzó hace ya 40 años.